“Contadoras de historias, lo que su casa habla sobre usted” es el discurso de esta edición de la revista Casa Vogue. La revista como tal es fantástica en la medida que muestra imágenes que no venden necesariamente formulas de decoración. Tal como en esta portada en donde se ve una chimenea atropellada de libros, cuadros y artículos personales de alguien. La imagen es cálida, tiene “algo” que invita al ojo a averiguar quien se sienta en esa silla y porque. Y esos libros, que chiquero tan desastroso, solo el dueño encontrara algo ahí. La esencia del espacio debería siempre, como principio básico, esta ligada con sus usuarios.

Seguimos con la misma revista. La casa de alguien más, no importa quienes que o que. Simplemente hablaré sobre lo que estas imágenes me transmiten. Aquí hay una manejo de color  más estudiado que lo que normalmente se encuentra. No es una formulita de telas provenientes de la misma fábrica en donde las flores, las rayas y las bolas comparten escalas de color. 

Hay un ejercicio riguroso que agrupa patrones y texturas en una paleta realmente compleja. Hay un riesgo “acertado” en términos de que esta casa posiblemente no se repetirá en ninguna otra. El único patrón es el uso del azul turquesa en la lampara y en el cuadro que por ser el tono de mayor contraste, sobre el berenjena de fondo, capta y distrae al ojo inmediatamente.

Para los adversos al riesgo, los amantes del esquema tricolor (café, blanco-gris-negro, color -siendo rojo el mas obvio) aquí hay un escenario para inspirarse y consolidar espacios enriquecidos.